Mi pasión por el Fantasma de la Ópera viene de lejos: la imagen de la cara de Lon Chaney de niña, la película del 43, en la adolescencia la lectura de Gastón Leroux y finalmente el culmen, mi visita a la Ópera Garnier hace años. Visita que me dejó impactada y estremecida. Algo sacudió entonces mi interior.
Luego, al final del verano de 2023 y tras 20 años sin representarse en España, Madrid aparecía ilustrada con la máscara de Erik anunciando su estreno para septiembre en el emblemático Teatro Albéniz. Aquél mismo día supe que me sentaría en primera fila para no perder detalle.
Pese a que había oído alguna crítica negativa sobre la producción de Lloyd Webber, sabía que no me defraudaría y menos aún que me iba a decepcionar porque como escribió Iñaki Fernández, productor creativo de LETSGO, https://letsgocompany.com/es/, “hemos puesto en esta producción toda nuestra emoción, cariño, recursos y profesionales nacionales e internacionales de primer nivel”.
Se refería obviamente a Valerio Tiberi y su “enigmática iluminación”, al sonido de Roc Mateu que con las nuevas tecnologías hace que el fantasma esté presente de forma simultánea arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda y lo sientas, literalmente, en tu cara y en tu nuca, en una sensación escalofriante. No puedo ni debo olvidarme de citar a Paolo Carta con sus efectos especiales y cuya sabiduría en el mundo del ilusionismo se hace patente desde el inicio de la obra, o el diseño del vestuario de Chiara Donato con unas telas esplendorosas que ya en la primera escena te trasladan de inmediato al lugar y al momento.
En cuanto al equipo creativo, técnico y elenco, me encantaría hablar de cada uno de los que están presentes en el escenario de alguna u otra forma, peluquería, microfonistas, maquinaria, automatistas, lavandería, bailarines, alternantes, covers, pero las palabras están contabilizadas y ello me obliga a la precisión, así que el aplauso sentido y generalizado va para todos los «invisibles» pero imprescindibles. Aplauso particular a Silvia Montesinos como directora asociada por su adaptación de texto y letras, al director musical, Julio Awad, y como no, para Federico Bellone, director y diseñador de la escenografía, por su respeto y gratitud personal hacia una obra que imprime constantemente su marca y sello a la vez que transmite la inspiración que le causó en su juventud aquél día en Broadway y que, años después, le ha llevado a entregarnos este gran trabajo.
La orquesta en directo, las sorpresas inesperadas que estremecen al espectador y las figuras principales del musical nos envuelven en un misterio del que no sales hasta el final.
Cautivadora y sublime la soprano, Marta Pineda (Carlotta) que captó mi atención y me fascinó desde el principio. Espectacular Gerónimo Rauch (Fantasma), fantástico Guido Balzaretti (Raoul de Chagny), magistral nuestro andaluz malagueño Francisco Ortiz (Piangi), el enigmático e impredecible Alejandro Rull y los fantásticos y versátiles Omar Calicchio (Monsieur Firmin) y Enrique R. del Portal (Monsieur André).
Impresiona a su vez, cómo el interior y las entrañas de este teatro coqueto y no muy grande, ha sido adaptado de manera extraordinaria, asombrosa y deslumbrante para acoger las escenas gloriosas de una obra maestra y uno de los musicales más famosos de la historia.
El Fantasma de la Ópera no podía haberse representado en un lugar más metafórico que el Teatro Albéniz de Madrid, un sitio entrañable cargado de semblanzas y de una tremenda simbología debida a los últimos acontecimientos del triunfo del pueblo sobre el poder político y económico, ya que en el año 2006 hubo de ser creada una plataforma ciudadana por la defensa del Teatro para su preservación al quedar éste increíblemente amenazado de ser demolido. Este grupo cívico con el apoyo y aval de más de 7000 firmas de ciudadanos, intelectuales y actores como Silvia Luchetti (Madame Giry) y Roberto Álvarez entre otros, solicitó a la Comunidad de Madrid que el teatro fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC), pero la Comunidad, presidida por el Partido Popular y con un entonces desconocido José Luis Martínez Almeida al frente de la Dirección General de Patrimonio, ni siquiera accedió a abrir expediente para su tramitación.
El Teatro Albéniz fue declarado posteriormente y gracias a la labor de la plataforma, BIP (Bien de Interés Patrimonial), una protección menor pero que preserva la sala, el escenario, vestíbulo, tres plantas, nombre del coliseo y escaleras.
Tras diecisiete años de lucha ciudadana, con una pelea constante y activismo vecinal frente a unas administraciones públicas insensibles que deberían haberlo defendido para evitar su demolición y destrucción y que no lo hicieron, en enero de 2023 la Plataforma Cívica celebró su triunfo y la reapertura. Y gracias a tod@s ell@s, hoy, esas once figuras talladas en madera hace 80 años que decoran su fachada, lucen en su lugar original y no se encuentran desaparecidas quién sabe dónde y decorando quién sabe qué, a la par de que el Albéniz sería un bloque de pisos con cocheras y no el protagonista y testigo principal de la vida cultural de todo un barrio y de una respetable ciudad amante de las artes. Afortunadamente, no todo lo compra el dinero ni todo el mundo se vende.
Y es por esto que a los fantasmas de a pie y del día a día me gusta pisarles la sábana y que ésta caiga dejando ver su verdadera cara. Sin embargo, Erik, el Fantasma de la Ópera, se ganó siempre mi respeto ya que como bien dijo Lon Chaney, su primer intérprete, haciendo referencia a sus personajes grotescos: “Incluso quienes se encuentran más abajo en la escala social, pueden tener en su interior la capacidad de sacrificio y los más nobles ideales”.
Debido al éxito amplían sus funciones hasta final de abril, así que si quieres erizarte y sentir el susurro del fantasma en tu nuca, no debes perdértelo porque es todo un lujo disfrutarlo en una ciudad como Madrid y en un lugar exquisito y simbólico como el Teatro Albéniz.
Muy agradecida a la Plataforma Cívica-Cultural Ayuda al Teatro Albéniz, https://teatroalbeniz.blogspot.com/, a la cultura y a los que hacéis posible que la magia del arte envuelva nuestros sentidos.
*Malu Toro, Editora/Resp. Contenidos www.radiopriego.com